La convivencia con un nuevo miembro en el hogar y tan especial como un perro puede resultar a veces complicada, pero siguiendo algunas indicaciones podemos conseguir que no haya ningún problema y que todo vaya sobre ruedas.
Como conseguir una convivencia perfecta.
- Fija las reglas de convivencia desde el primer día de estancia del perro en casa y se consecuente con su cumplimiento.
- Evita las situaciones conflictivas y todas aquellas que promueven un comportamiento inadecuado del animal.
- Proporciona al perro los cuidados necesarios para su desarrollo físico (alimentación, sanidad, ejercicio) y también psíquico (juguetes, distracciones).
- Establece unas pautas razonables de educación y adiestramiento, ni muy aceleradas ni excesivamente tediosas, y no dejes de cumplirlas a rajatabla.
- Anima y premia el comportamiento correcto con palabras, caricias o golosinas dadas por sorpresa, de modo que se incentive la conducta deseable, sin que el premio se convierta en algo habitual.
- No dejes de corregir ningún mal comportamiento, lo incorrecto es siempre incorrecto, y ofrece al perro una alternativa positiva para que pueda enmendar su conducta.
- No fuerces físicamente al perro a hacer aquello que no quiere, averigua que motivo le lleva a adoptar ese comportamiento, y no recurras a los castigos o la violencia, con ello estarías dando pie a la aparición de una conducta agresiva de defensa en el animal.
- No fuerces sus respuestas agresivas, no toleres agresividad hacia otros perros, animales ni personas. Tampoco admitas reacciones violentas durante el juego, si el perro pierde el autocontrol cesa inmediatamente el juego, así aprenderá que la agresividad no es divertida.
- Trabaja mucho la buena relación de tu perro con otros perros, otras mascotas y las personas desconocidas, de modo que no le produzcan recelo, agresividad o miedo.
- Ante cualquier problema en el comportamiento del animal que no logres atajar o comprender consulta con un especialista, adiestrador, veterinario… pero no dejes que ese problema se agrave por culpa de tu inacción.