El manejo de un animal de compañía debe centrarse, en Líneas generales, en dos aspectos: garantizar que sus necesidades básicas sean cubiertas y evitar el estrés.
Necesidades comportamentales de los perros
Proporcionar las condiciones mejores para un animal e intentar garantizar su bienestar no sólo consiste en evitar el sufrimiento y cubrir sus necesidades básicas, sino también (sobre todo en las especies en cautividad) en procurar que desarrollen las pautas de comportamiento propias de la especie. Esas pueden ser definidas como aquellas conductas que para el animal no son básicas para sobrevivir pero pertenecen al etograma de la especie, es decir; al repertorio de conductas que el animal alcanza a lo largo de su vida.
Una necesidad de comportamiento sería por ejemplo la búsqueda de alimento, que en muchas especies ocupa una gran parto de las actividades diarias del animal.
Un ejercicio que podemos hacer con nuestro perro para motivar su desarrollo del olfato y de este instinto es jugar a “buscar”, yo lo hago con mis perras y les gusta mucho. Compro premios con mucho olor, de sabor jamón por ejemplo, y los troceo, le enseño los premios y las dejo fuera del comedor con la puerta cerrada, escondo los premios por varios sitios del comedor: debajo de los cojines, dentro de sus iglús, debajo de sus camas, encima de las sillas, dentro de alguna zapatilla…. una vez ocultos les abro la puerta y les doy la orden BUSCA, su posición corporal cambia al instante y se ponen a oler y buscar, cuando veo que encuentran la última la llamo y finalizo el juego con un premio que me he guardado encima del mueble y no las dejo que sigan buscando.
Cuando no puede desarrollar estas conductas por limitaciones de espacio, por las características de crio o del entorno, pueden aparecer signos de estrés.
El estrés puede matar
Podríamos considerar el estrés como un síntoma de falla de bienestar en un animal. Moberg & Mench lo definen como el conjunto de respuestas biológicas que un animal pone en marcha delante de una situación cuando intenta mantenerse en equilibrio (homeostasis) con el ambiente que lo rodea.
En presencia de un peligro o de un estimulo desconocido se ponen en marcha en el organismo una serie de mecanismo que involucran al sistema nervioso central autónomo, a numerosos neurotransmisores y al sistema inmunitario, además de desencadenar respuestas conductuales.
La función de estas respuestas es “poner a salvo” al animal de un peligro o de una situación incómoda. Es importante diferenciar un estrés que podríamos definir “positivo” (“Stress” o “Good Stress”) que forma parte del instinto de autoprotección de los seres vivos, de un estrés crónico “negativo” (“Distress”), que a lo largo del plazo puede tener efectos dañinos sobre el organismo.
El estrés representa una respuesta adaptativa fisiológica normal y no necesariamente patológica: es una estrategia que el organismo pone en marcha para garantizar su conservación en situaciones críticas (o percibidas como tales). El estrés “positivo”, en general, no tiene repercusiones sobre el estado de salud del animal. Por el contrario, un estado de estrés continuado y crónico puede tener efectos negativos sobre el organismo y llegar a producir la aparición de conductas patológicas.
Consejos para evitar el estrés en perros y gatos
Es muy importante que tanto el perro como el gato tengan asegurado un tiempo para interactuar con sus semejantes y con el hombre.
Con el fin de garantizar el bienestar de los animales de compañía se recomienda a los propietarios de perros y gatos y a las instituciones que se encargan de su cría o acogida la adopción de algunas medidas para prevenir los problemas de comportamiento relacionados con el estrés o el manejo inadecuado:
Conocer las necesidades de la especie elegida como animal de compañía, buscando asesoramiento y ayuda por parte de profesionales (como veterinarios o expertos en comportamiento). Mantener al animal en las condiciones más adecuadas en relación con el espacio, ejercicio físico y alimentación. Enriquecer su ambiente con juguetes u otros estímulos (como por ejemplo comida). Garantizar un tiempo mínimo de interacción juego) e incrementar los contactos sociales con personas y miembros de la misma especie para permitir que los animales desempeñen una gama más amplia de comportamientos. Respetar las indicaciones de los expertos sobre la edad del destete. Se recomienda dejar al cachorro con la madre al menos hasta las siete semanas de vida y al gatito hasta las cinco. En los animales que se encuentren en centros de acogida acortar los periodos de aislamiento y de inmovilización para aplicarlos sólo cuando sea absolutamente necesario, y no meramente por conveniencia del investigador. Se debería permitir a los animales alojados individualmente mantener un contacto visual con, por lo menos, otro ejemplar cuando están acostados o parados en su compartimiento, a menos que el aislamiento sea requerido con fines de experimentación y que haya sido aprobado por el Comité de Protección de los Animales.
Publicado por Cuida Tus Mascotas