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El chip en los perros y los gatos

Todos sabemos que el chip de los perros y los gatos puede ser muy beneficioso en el caso de que se pierdan o incluso nuestro compañero sea robado. Por esa razón hoy vamos a hablar sobre este tema para conocerlo un poquito mejor y analizar sus ventajas.

El chip en los perros y los gatos

Qué es el microchip para animales

El microchip es un dispositivo electrónico que se introduce en la zona de la piel del cuello de nuestros compañeros, el cual contiene una codificación que puede ser descifrada a través de un aparato especial disponible en todas las consultas veterinarias. Dicho código es el encargado de asociar un chip (o animal) a un propietario concreto. En esencia podríamos considerarlo como el DNI de nuestro compañero, ya que se trata de un número único que pasará a formar parte de una base de datos compartida. Por esa razón es importante que en el caso de que cambiemos de domicilio, número de teléfono o incluso si se da la circunstancia de que el animal fallezca, siempre lo notificaremos a nuestro veterinario con el objetivo de que se realicen los cambios pertinentes.

Este dispositivo mide poco más que el tamaño de un grano de arroz, además de que está cubierto de un tipo de vidrio muy suave y que no produce alergias ni otros problemas a nuestra mascota.

El microchip se introduce una única vez, y dura a lo largo de toda la existencia de nuestro animal.

También es importante tener en cuenta que en algunos países se trata de un proceso obligatorio, lo que significa que en el caso de que paseemos con nuestro compañero y no tenga el chip incorporado, podrían multarnos. Lo mismo ocurre si provoca algún accidente o ataca a alguien. Por su parte, si queremos contratar un seguro para perros también lo comprobarán, y en caso de no tenerlo no se dará de alta la póliza.

La importancia del microchip

Como hemos comentado antes, el microchip nos permite identificar a nuestros perros, lo cual es un sistema fantástico para demostrar que somos los legítimos propietarios de la mascota.

Imaginemos por ejemplo que perdemos a nuestro compañero y este aparece a muchos kilómetros de distancia; esto no será un problema si tiene el chip, ya que si es localizado por la perrera, una protectora, autoridades, veterinarios, etcétera siempre sabrán que nos pertenece y se pondrán en contacto con nosotros lo antes posible.

Si nuestro perro es robado deberemos denunciar la situación a la policía, a la guardia civil, al ayuntamiento y a la REIAC, y gracias al chip será mucho más fácil encontrarlo.