Lograr que con una simple orden un perro se ponga a rezar, salude al Papa con una reverencia, camine en dos patas al estilo militar, y cuando le avisan que ahí viene la policía, se pegue a la pared con las manos arriba para dejarse requisar, parece como sacado de una película de ciencia ficción.
Sin embargo, el entrenador profesional de perros Norberto "Charlie" Fernández, de 43 años, lo consigue y sin premiar al perro con comida.
Fernández nació en Sabana Iglesia, Santiago, en República Dominicana, y llegó a Nueva York en 1985. Es padre de seis hijos, el mayor de 23 y la menor de 4, y después de trabajar en bodegas y supermercados, desde hace seis años está dedicado exclusivamente al entrenamiento profesional de perros.
"Yo no cobro por mi trabajo", aseguró. "Pero la gente siempre me regala dinero cuando ven el trabajo final", dijo.
El secreto de Fernández: paciencia y cariño.
"Al perro hay que descubrirle su debilidad, qué es lo que le gusta para que se sienta bien y pueda trabajar con uno", señaló.
El entrenador de perros se ha convertido en el ángel guardián de su comunidad de Corona, en Queens, recogiendo perros de la calle y recibiendo perros rechazados por sus dueños, los cuales cura, entrena y luego regala a personas que le den garantía de que van a cuidarlos.
"El amor a los perros lo heredé de mi madre, que también recoge y cuida perros de la calle en Santo Domingo", dijo Fernández.
La estrella de la casa de Fernández es la perrita Coffee, un animalito tan hábil que ya se ha presentado dos veces en televisión, en los programas de Don Francisco. La perrita la encontró la hija de Fernández, Nori, entonces de 2 años, en el parque Flushing Meadows de Queens, y le pidió a Fernández que se la llevara. La perrita estaba herida y él la salvó, la entrenó y ahora lo obedece como si fuera un ser humano.
Publicado por Cuida Tus Mascotas