Uno de los trastornos comportamentales que los etólogos pueden encontrarse en sus consultas es lo hiperactividad. Reconocer los principales síntomas es fundamental a la hora de remitir al propietario a uno de estos especialistas.
La hiperactividad es un defecto congénito y como tal es heredable; en ocasiones se debe a una enfermedad llamada hiperquinesis que aparentemente tiene varias similitudes con el denominado déficit de atención en las personas, y este es el motivo por el que algunos perros suelen ser agresivos y no responden bien al adiestramiento.
Con frecuencia, la hiperactividad también es el resultado de una falta de estimulación – perro que salen poco de casa – y por esta causa reaccionan de modo excesivo (por ejemplo, saltan sin parar para llamar la tención).
La sobreactividad
La sobreactividad es bastante común y representa una abundancia de la conducta motivada normal pero mal encaminada o problemática para el propietario; a veces se combina con la conducta de búsqueda de atención. Estas conductas se deben principalmente a que son reforzadas por el propietario – voluntaria o involuntariamente – que permite que el perro actúe así sin tomar medidas al respecto. Hay que tener presente que los perros siempre están aprendiendo y, con este refuerzo, el perro aprende esta conducta.
Los síntomas de la hiperactividad son los siguientes:
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El perro muestra una habilidad normal para dormir y descansar, aunque el tiempo total de descanso puede ser menor de lo habitual.
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Los ritmos cardiaco y respiratorio, así como la temperatura, varían normalmente con le nivel de actividad.
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Frecuente búsqueda de atención.
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La actividad tiene un claro propósito. El animal se concentra en una tarea para completarla.
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Los periodos de actividad normalmente se relacionan con estímulos o eventos.
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El comportamiento del animal es independiente del propietario y del entorno.
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La actividad no tiene propósito ni control. Hay una falta de concentración y los ejercicios no se completan.
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El perro muestra una conducta destructiva tanto en presencia como en ausencia del propietario.
Por otro lado hay muchos perros que son catalogados como hiperactivos cuando no lo son, simplemente por muestran unos niveles de actividad mas elevados que la media de su raza (el nivel de actividad varia en función de la edad y la raza). A estos perros se les denominan sobreactivos.
Tratamiento
En primer lugar, hay que descartar que la hiperactividad sea por causa orgánica, por lo que el perro debería ser examinado por un especialista en busca de trastornos endocrinos, neurológicos y metabólicos, o incluso comprobar si hay una clara relación entre el periodo de hiperactividad y lo momento de la comida.
Terapia
Tanto para la hiperactividad como la sobreactividad, la terapia conductual es la misma y consiste en:
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Eliminar el castigo positivo en la vida diaria del animal.
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Establecer una rutinas al perro. Tienen que quedar bien marcadas las horas para hacer sus necesidades, ejercicio físico, juego e interacciones, comida y descanso.
Estimulación Física
Una vez determinado el nivel de actividad normal conforme a la raza y edad del perro, hay que establecer un plan de ejercicio programado y controlado para disminuir sus niveles de ansiedad.
Es muy importante la estimulación física del animal mediante los paseos, ya que esto hará que se reduzca el stress. Puede ser útil que el propietario siga un programa de agility con su perro. Hay que tener presente que el ejercicio físico aumenta los niveles de serotonina en sangre y relaja al animal, a la vez que le permite desarrollar su conducta exploratoria.
Esto lo equilibra física y mentalmente y además puede prevenir otros problemas de comportamiento.
Estimulación Mental
El propietario debe proporcionar juguetes interactivos cuando el animal esté solo. Juguetes como los Kong se rellenan de alimento muy apetitoso, de manera que el perro puede ocupar su tiempo intentando alcanzar el contenido de estos juguetes; también se le puede dar, por ejemplo, un hueso crudo de rotula de vaca, la cuestión es que se esté entretenido.
Los juguetes interactivos son muy eficaces también en perros con comportamientos destructivos, ya que mientras están comiendo o chupando el Kong no están mordiendo, por ejemplo, el sofá.
Ajuste la dieta conforme la edad y actividad física.
Adiestramiento en obediencia
Hay que evitar el adiestramiento clásico basado en el ensayo y error, es decir, no se deben utilizar técnicas aversivas o coercitivas, ya que pueden incrementar su stress. Hay que tener presente que un perro estresado pierde en el aprendizaje por una falta de concentración. Dicho adiestramiento hay que realizarlo con refuerzo positivo, ya que el mismo se utiliza para incorporar una conducta nueva, aumentar una existente o eliminar un conducta inapropiada incompatible.
Controlar el juego en presencia del propietario. Es bueno estimular a los perros mentalmente con juego y realizar sesiones de grupo con el propietarios, con otras personas y otros perros.
Esto, por supuesto, siempre bajo supervisión del propietario, ya que si el perro se altera se le debe aplicar un castigo negativo (quitar algo positivo al perro) que seria atarlo y llevárselo, dando la interacción por finalizada o bien, si se tiene el control sobre le animal, se le puede ordenar que venga (llamada), que se siente y permanezca quieto hasta que se calme.
Establecimiento de jerarquia
Si el perro busca continuamente la atención, el propietario debe ignorar su conducta.
Para ejercer el liderazgo se puede utilizar la deferencia y se fomenta en el perro controlando los recursos que él valora; todas la interacciones empezaran y se detendrá por el propietario.
Los resultados
El pronóstico es bueno siempre que el propietario del animal tenga paciencia, constancia, no pierda los nervios y haya un cambio de actitud en el mismo; en ningún caso debe reforzar mas las conductas de exceso de actividad.
En todas las terapias de conducta se tarda un tiempo en ver los resultados, dependiendo, por supuesto, del problema o problemas que tenga el perro y de otros muchos factores mas como, por ejemplo, la edad, el sexo o el aprendizaje del animal en ese comportamiento. El propietario debe comprender que el problema no se resolverá en cinco minutos y que es importante que se involucre, que persista y que no abandone la terapia a tiempo.
Fuente: Especies
Publicado por Cuida Tus Mascotas