Nuestros perros y gatos tienen el olfato mucho más desarrollado que nosotros, y es por ello que utilizan lo que se conoce como comunicación olfativa. En esta ocasión vamos a aprender qué son y para qué sirven las feromonas de nuestro perro.
Qué son las feromonas de nuestro perro y gato
Esta comunicación que mencionábamos anteriormente se realiza a través de las feromonas, y se basa en señales químicas que son segregadas por un individuo de forma que desencadenan una respuesta en otro individuo que sea de la misma especie.
Esta respuesta dependerá de cada caso y animal, pero siempre estará reñacionada con el cambio de conducta o con un cambio en la fisiología del propio animal.
Para tener lugar estas respuestas, tan sólo hará falta una mínima cantidad de feromonas.
Las feromonas se diferencian de los olores normales debido a que no son percibidas de forma consciente ni se produce el mismo fenómeno de adaptación de nuestros receptores olfativos que acaban haciendo que cuando nos acostumbramos a un olor dejamos de notarlo.
Éstas feromonas son externalizadas a través de la orina, las heces, secreciones vaginales, saliva e incluso a través de las glándulas cutáneas especializadas.
Los tipos de feromonas en nuestra mascota
Fundamentalmente podemos destacar dos tipos de feromonas principales en nuestros perros y gatos (una familia de feromonas en cada uno de ellos).
En primer lugar encontramos las clasificadas como feromonas apaciguadoras que son las que produce la hembra lactante (tanto gato como perro) en sus glándulas cutáneas localizadas entre las dos líneas de las mamas. Estas feromonas cuentan con el efecto tranquilizador ideal para los cachorros.
Por otra parte, esta misma feromona también es utilizada para ayudar a los perros que tienen fobias e incluso para combatir la ansiedad por separación.
Seguidamente encontramos las feromonas faciales del gato. Estas feromonas se producen a partir de las glándulas productoras que tiene localizadas en la parte lateral de la cabeza, en la cola y alrededor de la boca. Cuando frotan su cabeza contra un objeto, lo que el gato está haciendo es depositar sobre él dicha secreción.
En el caso de las hembras, estas feromonas generalmente se utilizan con el objetivo de informar sobre su estado de receptividad sexual.
Esta feromona también es utilizada a menudo con el objetivo de mejorar e inclusive solucionar situaciones de estrés. Por otra parte, otro uso destacado de esta feromona es el de permitir la adaptación del gato al nuevo entorno en el que se encuentra.