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Los perros y la nieve.

Muchos perros son como los niños, ven nieve y les entran ganas de jugar, pero hay que tener cuidado y tomar precauciones.

El principal problema de la nieve es que no se ve sobre donde pisa realmente el perro, puede ser una zona donde haya cristales, por ejemplo, y causarle alguna lesión. Además cuando nieva y caen mucho las temperaturas, dicha nieve se hiela, lo que puede provocar lesiones en el  perro si se resbala al intentar andar, correr o jugar.

Si la nieve o el hielo se queda atrapado entre las almohadillas del perro es mejor dejar que se deshagan por sí solas, no tirar de ellas pues puede ser doloroso ya que la zona que hay entre los dedos del perro es muy sensible. Lo mejor, unos zapatos o botas especiales, aunque no todos los perros se acostumbran a ellos, se recomiendan cuando se vive en una zona en la que nieve está muy presente.

Muchos perros ven la nieve e intentan comérsela, ten cuidado porque puede contener algún elemento tóxico que no se ve a simple vista. Además, si come mucha nieve su temperatura corporal bajará, pudiendo provocarle una hipotermia. Si esto ocurre se le debe llevar inmediatamente al veterinario.

Especial atención a los perros que viven al aire libre.

Si el perro vive fuera de la casa, presta atención al agua y la comida, puede que con las temperaturas muy bajas estas se congelen, por lo que se recomienda tenerlos en un sitio más resguardado. Además deberás proporcionarle una caseta lo suficientemente cómoda para que el perro este a gusto.

Por lo tanto, es muy importante extremar las precauciones cuando hay nieve, sobre todo si al perro le gusta e intenta jugar con ella. Ten en cuenta que es mejor llevarlo a casa en su justo  momento a tener algún pequeño disgusto por no ver lo que hay debajo del manto blanco o que productos u objetos puede tener.