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Prevenir y detectar la otitis en los perros

otitis perroUna otitis, por definición, es la inflamación del oído y puede estar producida por numerosas causas:

Factores predisponentes

Son aquellos que no provocan la otitis pero aumentan el riesgo de inflamación auricular.

Existen una serie de factores que pueden predisponer a la mascota a padecer enfermedades en el oído:

  • Incremento de la humedad en el canal auricular, por ejemplo, por la presencia de agua tras un baño . Esto lleva una maceración de Ia epidermis que puede ser colonizada por microorganismos y desarrollarse una infección.
  • Anatomía del oído: los perros con orejas caídas tienen predisposición.
  • Enfermedades hormonales como el hipotiroidismo causan uno depresión de las defensas y además pueden alterar la cantidad de secreción de las glándulas del interior del oído, lo que favorece el crecimiento de hongos y de determinadas bacterias patógenas..
  • Lo presencia de espiguillas de gramíneas en el entorno incrementa el riesgo de que se introduzcan en eI oído y provoquen una otitis.

Factores primarios

Que son directamente responsables de la inflamación y que pueden provocar una otitis por si solos o asociados a otros factores. Es el caso de parásitos externos como los otodectes, demodex y sarcoptes, las dermatitis alérgicas o los cuerpos extraños (como espiguillas).

Factores secundarios

Son aquellos que por sí solos no pueden provocar una otitis pero que contribuyen a su aparición si se asocian con factores primarios o predisponentes. Es el caso de bacterias como los estafilococos, las pseudomonas o de levaduras como Malassezia y Candida.

Factores perpetuantes

Son aquellos que aparecen después de los estados iniciales de la inflamación y que si no se tratan son responsables de que esta enfermedad se convierta en crónica. Son ejemplos, el engrosamiento cutáneo, la aparición de úlceras o los traumatismos autoinfligidos por el animal, por ejemplo, al rascarse.

Limpieza natural

El oído tiene un mecanismo de autolimpieza basado en la migración de células epiteliales desde la membrana timpánica, a lo largo del canal auditivo hacia el canal auricular externo. El epitelio de este canal debería considerarse como una extensión de la piel de las orejas, ya que al igual que ésta, se descama y sus células son reemplazadas por otras. Esta migración de células retira el cerumen, sustancia compuesta por lípidos (grasas), restos celulares y microorganismos que habitan en el canal auricular. Cuando se produce una inflamación del oído, este mecanismo de limpieza se ve alterado, esto lleva a la acumulación de cerumen y se crean las condiciones ambientales ideales para que se produzcan infecciones secundarias. Por este motivo, detectar lo antes posible la inflamación del oído y sus causas hará que se pueda tratar rápidamente y se evite la aparición de este tipo de infecciones.

Los síntomas

El principal signo que permite al propietario detectar el problema es el prurito o picor intenso que el animal experimenta y que intenta paliar de múltiples maneras: rascándose las orejas con las patas, frotando la cabeza contra las paredes, el suelo o los muebles o sacudiendo la cabeza; también se pueden observar cambios en la personalidad, especialmente irritabilidad y agresividad, movimientos repetidos de los pabellones auriculares, disminución del apetito, etc. Es posible que aparezca también una secreción que puede tener diversos colores y consistencias en función del tipo de otitis. En ocasiones los animales presentan dolor al masticar o al palpar el oído o la mandíbula, disminución de la agudeza auditiva o incluso fiebre. En casos ya graves y avanzados y si el oído interno se ve afectado, pueden aparecer problemas neurológicos. También es posible que se forme una fistula que extiende la infección hacia la glándula parótida que se aprecia como una inflamación detrás dela mandíbula. Este absceso puede romperse y derramar al exterior líquido purulento.

Prevención

Es recomendable que el propietario revise las orejas de su mascota de forma periódica, y tras cada paseo por el parque o el campo para detectar la presencia de espiguillas que pueden introducirse en el oído y provocar una otitis. Además, es conveniente limpiar los oídos de la mascota cada cierto tiempo con un limpiador específico. El uso de bastoncillos debe reservarse a los pliegues del pabellón auricular; nunca deben introducirse en el oído ya que empujan el cerumen y la suciedad al interior. Si el propietario no ha limpiado nunca los oídos a su perro, podemos hacerle una demostración en la peluquería canina o en el veterinario de como se hace: son cinco minutos y el cliente nos lo agradecerá .

Publicado por Cuida Tus Mascotas