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Perros dominantes

En la actualidad hay varios programas en televisión de corrección de conducta canina que nos pueden orientar sobre el problema que tiene nuestro perro, pero esto no quiere decir que podamos pasar por alto las enseñanzas de un profesional, pues cada perro es diferente y no a todos les funciona la misma pauta, un profesional de la educación canina evaluará individualmente a nuestro perro y nos ayudará a encontrar la mejor forma de corregir el comportamiento no deseado en el para ayudarnos a que la convivencia sea agradable para todos los integrantes del hogar.

La palabra dominancia sigue creando mucha controversia en el mundo del comportamiento animal y concretamente el comportamiento canino. Tras años de estudio se han detectado fallos en los tratamientos que han sido debidos a un mal diagnóstico inicial. Pero eso también nos ha dado los elementos necesarios para comprender los motivos por los cuales podemos parar a la palabra dominancia.perro-dominante

Respuestas individuales o dominancia

En la actualidad, en la clínica del comportamiento canino vemos que los beneficios que obtenemos de cualquier cambio de comportamiento de nuestro perro no tienen nada que ver con la noción de dominancia, pero sí tienen que ver con las respuestas individuales que nos da el animal frente a las situaciones que se encuentra en la vida.

Muchas veces la palabra dominancia la usamos como un comodín que nos ayuda a solventar problemas con nuestros perros, pero quizás estamos muy lejos de la realidad, porque posiblemente el perro no sea nada dominante, aunque sí hayamos conseguido solventar el problema que presentaba.

El perro necesita encontrar un estatus dentro de la manada

La naturaleza en su evolución inteligente utiliza la agrupación de individuos en un grupo (manada) donde el sistema de rangos o jerarquía sirve para disminuir las luchas, donde cada uno sabe a lo que tiene que atenerse, y cuál es su posición.jerarquia-perros-dominantes

Los problemas ocurren en la relación hombre/perro cuando los dueños, sin querer, transmiten señales que le hacen suponer a su mascota que posee un estatus del ranquing bastante elevado. Por ejemplo, si un perro va pidiendo una serie de cosas y el dueño se lo va dando de manera inmediata y bastante constante, puede pensar que en ese contexto él gana por salirse con la suya y se cree en un estatus más elevado que su propietario. Así que está animado y alentado a que puede seguir ganando terreno en otras situaciones.

Sin embargo, esto plantea serias dudas, pues los científicos de momento no han conseguido demostrar que el perro tenga la capacidad de tener el sentido de identidad sobre si mismo. Posiblemente, sería más acertado decir que se comporta sin ninguna inhibición, y ese comportamiento desinhibido es el que nosotros llamamos comportamiento dominante.

La capacidad de inhibición

El dueño cuando acude a la consulta nos manifiesta que su mascota intenta aumentar su estatus, por lo que podemos suponer que lo que quiere decir más concretamente es que piensa que su perro es dominante y controla a su familia, tiene la capacidad de planear su futuro jugando con los buenos sentimientos familiares y moldeando los pensamientos de su propietario. Esto evidentemente no es posible, es un pensamiento humano. Lo que tenemos que tener claro es que: el perro se comporta con menor o mayor inhibición dependiendo de quien está interaccionando con él y del valor del recurso a ganar.

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¿Malos programas o malos diagnósticos?

Algunos programas que reducen la sensación al perro de poseer un alto rango convierten al perro en un ser indiferente hacia su dueño o, aún peor, en un desafío para sus dueños porque se defiende. Para que lo entendamos bien, este tipo de enseñanzas se presentarían bajo el slogan de: «aprenda a dominar a su perro, redúzcale antes de que le reduzca a usted», pero lo que tratan no es más que de aumentar la inhibición del perro.

Hay que tener en cuenta que cada animal es un mundo y no todos los consejos o reglas universales sirven para que un perro nos obedezca, por lo tanto es más que probable que tampoco sean interesantes para solucionar el problema de nuestro perro. Acudamos cuanto antes a un profesional cuando veamos que las cosas no salen bien.

Si no estamos atentos, puede que con estos programas lo convirtamos en un animal retraído, triste o deprimido, y que la relación que tenemos con él se vaya deteriorando, para obtener, en última instancia, algún que otro mordisco, con el posterior desenlace de tener que tomar la fatal decisión de sacrificarlo, si no hemos tomado remedio a tiempo.

Un problema de comportamiento mal tratado puede desencadenar un inconveniente mucho mayor, por eso es necesario consultar con un profesional.

En busca de una solución

Los problemas que tiene el perro cuando se relaciona con nosotros no siempre responden a «lo dominante que es nuestro perro» o «cómo nos toma el pelo». Detrás de esos problemas hay algo más que lo que aparentemente nosotros vemos.

Posiblemente, hemos de considerar que somos nosotros los que no hemos respondido adecuadamente, ya que hay muchos propietarios que piensan que las intuiciones que tienen en educación canina son las correctas, porque «lo hemos visto por la tele«, y ésta parece que tiene que ser infalible.

Los profesionales en comportamiento canino pueden ayudar a solucionar el problemas, aunque todavía hay quienes desechan la idea de consultar a un especialista porque «sabemos más que nadie», después de tener varios perros, y «éste no es distinto a los demás».

Y, para finalizar, y fruto de todo lo anterior, ante una situación de «dominancia» hemos utilizado el castigo cuando realmente nos hemos indignado por el mal comportamiento.

Lo más indicado es acudir a quienes más saben de este tema que son los profesionales especialistas en comportamiento canino. Ellos nos ayudarán a solucionar el problema que existe entre perro y dueño, con un tratamiento serio y responsable, basado en pruebas científicas.

Fuente: Perros & Cia

Publicado por Cuida Tus Mascotas