Todos los que tenemos perros hemos oído alguna vez que estos pequeños (o no tan pequeños) son capaces de hacernos sentir mejor a nivel de salud. Esta afirmación es correcta, pero no se cumple en todos los perros debido a, fundamentalmente, su carácter.
Es cierto que tener un perro en casa es beneficioso para la salud, ya que hace que sus dueños desempeñen algunas funciones que son consideradas saludables:
- No existe la soledad.
- Debemos cuidarlos.
- Mientras estamos con ellos estamos ocupados.
- Se les puede tocar, acariciar y observar.
- Nos hacen sentirnos seguros.
- Nos obliga a hacer ejercicio, aunque solo sea pasear.
Que tener un perro en casa tenga aspectos positivos para la salud, no quiere decir que un perro sea terapéutico. Estos animales deben ser capaces de interactuar con personas que tienen algún tipo de enfermedad mental o física. Un perro de terapia debe tener unas características concretas, algunas de ellas son:
- Tener un carácter estable y tranquilo.
- Facilidad para el adiestramiento. Debe responder rápidamente a las indicaciones del guía en la terapia.
- Debe soportar ser tocado y acariciado durante largos periodos de tiempo.
- Aceptación de personas desconocidas.
- No se debe alterar cuando hay muletas, sillas de ruedas u objetos similares.
- Debe ser un animal ágil, activo y alegre.
En ningún caso se pueden utilizar perros que hayan presentado episodios de agresividad o que tengan un aspecto que intimide a las personas.
Según estudios, las razas más adecuadas para este tipo de terapia son: el Golden Retriever, el Labrador Retriever y el Pastor Alemán. Esto no quiere decir que sean los únicos perros capaces de servir para este fin, pero si son las razas en las que un mayor número de individuos han superado los test de aptitudes. En la actualidad, se están realizando cursos de terapia con ejemplares de Terranova, ya que su aspecto de perro bueno y tranquilo tiene un excelente efecto sobre las personas.