Aunque el gato salvaje africano es solitario y territorial, sus parientes, los gatos domésticos, son más sociables y están adaptados para vivir juntos. Cuando no hace falta defender el territorio o competir por la comida, dos o más gatos pueden cohabitar en paz, pero siempre según sus términos.
Dinámica social en los gatos
No hay nada en el código genético de un gato doméstico que le impida vivir felizmente con otros gatos si las condiciones son adecuadas. Los gatos domésticos comparten voluntariamente el territorio cuando hay mucha comida, y en esas circunstancias, necesitan comunicarse, no solo para defender el territorio, sino también para resolver diferencias de opinión y para mantener su estatus dentro del grupo. A diferencia de una manada de lobos, por ejemplo, un grupo de gatos domésticos no tiene una jerarquía social a la que todos los miembros se adhieran, lo que hace que sea más desafiante para los urólogos interpretar la dinámica social del grupo.
Colonias de gatos
Aunque las relaciones en cualquier grupo de gatos son bastante fluidas, es posible identificar interacciones concretas. Por ejemplo, en una pequeña colonia de gatos, cada gato reacciona de forma diferente con cada uno de los demás miembros del grupo. En las colonias grandes, que suelen ser congregaciones de varias familias, puede que un gato reconozca a sus vecinos como individuos, pero a los demás solo por el sexo, la edad y la familia a la que pertenecen.
La agresividad no es común en un grupo o familia y está reservada a los gatos que no pertenecen al grupo social. Los gatos que disfrutan con la compañía de los otros, duermen cerca o incluso juntos, y suelen acicalarse mutuamente. Esto cimenta las relaciones felinas. En un estudio sobre una colonia de gatos asilvestrados, el 64% de las interacciones entre los miembros incluía lametones, el 29% frotamientos y solo el 7% formas de agresión.
Crear nuevos lazos sociales entre gatos
Forjar lazos sociales es fácil para los cachorros de menos de siete semanas. Se requieren entre dos y cinco semanas para que un gato maduro se adapte a un nuevo territorio, y por lo menos el mismo tiempo para aceptar a un nuevo felino en la familia humana. La habilidad de formar nuevas relaciones varía según la raza: para los persas es fácil, pero para los siameses es más difícil. Una corta separación entre gatos que vivan juntos, como la estancia en una clínica, puede romper su relación.
Frotamientos entre gatos
Los gatos con frecuencia frotan sus cuerpos, y sabiendo qué gato empieza se pueden tener algunas pistas sobre la estructura jerárquica de un grupo. Los cachorros siempre inician ese proceso con sus madres, aunque las madres primerizas pueden frotar a sus cachorros a su vez. Las hembras se frotan contra los machos, pero estos prácticamente no les devuelven el cumplido, a menos que estén castrados.
Todos los gatos, machos, hembras y castrados, se frotan contra sus amos e incluso contra desconocidos. Es común que los gatos que visitan al veterinario se froten contra su pierna después de que este los examine. En todos estos casos, se frota el individuo socialmente más débil contra el más fuerte. Sin embargo, a diferencia de los perros, que a veces se encogen para tranquilizar a su agresor, los gatos nunca se frotan para apaciguar en respuesta a una amenaza.
Gatos domésticos
Los gatos domésticos se comportan en casa casi como lo harían en una colonia. Por ejemplo, un individuo puede ser normalmente afable con otros gatos, pero puede defender de forma agresiva su zona preferida para dormir. Cuando dos gatos se encuentran en territorio neutral, el gato que se encuentra en terreno elevado toma el
mando temporalmente. Si se encuentran en un terreno nivelado, el gato dominante puede darle un golpe simbólico al gato inferior. Los gatos domésticos se frotan más que los de las colonias. Los machos castrados se frotan tanto como las hembras castradas, y todos con más frecuencia que las hembras no castradas. Este es un ejemplo del efecto espectacular que la intervención humana en un tema el control de la sexualidad de un gato, tiene en otro, su sociabilidad .
¿Los gatos tienen periodo de luto?
En un estudio sobre un grupo de gatos domésticos que vivían juntos, al morir uno, la mitad comieron menos, se volvieron más ruidosos y exigieron más afecto por parte de los habitantes de la casa. Más del 40% de esos gatos decidieron cambiar su lugar de descanso por el del gato fallecido y pasaron más tiempo allí durante un periodo de seis meses tras la muerte del gato.
Publicado por Cuida Tus Mascotas