A menudo hablamos sobre los animales que pasan a formar parte de nuestra vida y que lo hacen a una edad temprana. No obstante, en esta ocasión vamos a referirnos a cómo adiestrar a un perro adulto.
Adoptar a un perro adulto
Muchas personas tienen miedo de decantarse por un perro adulto a la hora de adoptarlos. Lo cierto es que no hay que tener miedo alguno, ya que si bien tendrá una educación y unas costumbres bastante arraigadas, no existe razón para pensar que no las puede ir modificando con el paso del tiempo.
La realidad nos ha demostrado que no es difícil adiestrar a un perro adulto, o al menos no más difícil que adiestrar a un perro cachorro, llegando incluso en algunos casos a ser hasta más sencillo.
Es por ello que no debemos tener miedo en absoluto ya que uno de los aspectos más favorecedores en este caso es que no se distraen como los pequeños además de que suelen estar más acostumbrados a realizar sus necesidades en zonas donde no molesten.
Es por ello que veremos que tiene una mayor facilidad a la hora de concentrarse ya que tienen un comportamiento mucho más tranquilo, por lo que la capacidad de aprendizaje no desaparece, sino que en muchos casos incluso llega intensificarse.
Pasos para adiestrar un perro adulto
Lo que tenemos que tener muy claro en primer lugar es que no se trata de un cachorro, por lo que la educación variará y se deberá adaptar a su carácter y comportamiento inicial.
Lo primero que debemos considerar es que todos los perros necesitan practicar ejercicio físico ya que es uno de los mejores sistemas para conseguir que se deshagan de la energía extra que tienen acumulada y con ello tengan un comportamiento más tranquilo. Esto ayuda sin duda a que mantengan su atención y evitar que destroce cosas por sentirse atrapado en un sitio que no conoce.
Las normas son un elemento imprescindible a la hora de educar a un perro adulto, y siempre hay que dejar claro qué es lo que está bien y lo que está mal. Un ejemplo, si no queremos que se suba a un sofá, no existirán excepciones, además de que no daremos nunca nuestro brazo a torcer. Estos suelen ser los errores más frecuentes que nos encontramos a la hora de entrenar a un perro que no obedece a su familia.
Recordemos que el elemento principal para agradecer su esfuerzo es la recompensa. No es recomendable el castigo pero sí debemos dejarle indicado que cuando se porta bien nosotros estamos contentos y le damos o hacemos algo que le gusta.
Otro elemento importante es establecer una rutina diaria para que se adapte a su nuevo hogar.
Antes de finalizar este artículo queremos volver a recordar a nuestros lectores que es mucho más adecuado adoptar a un perro que ha sido abandonado o que no tiene hogar a gastarnos dinero en otro que realmente no nos va a hacer ni mucho menos más felices ni nos va a querer más por ello.
0 comentarios