La alimentación de nuestros perros es muy importante, pero debemos hacer una mención especial a los más pequeños. Por ello, en el artículo de hoy daremos algunos consejos de alimentación para el cachorro.
La alimentación según la raza
En primer lugar debemos tener en cuenta que dependiendo de la raza a la que pertenezca nuestro perro, la alimentación podrá variar. No obstante, nuestros compañeros suelen tener una gran capacidad de adaptación, por lo que esto no suele ser un problema excesivo salvo en algunos ingredientes y compuestos que deberemos considerar.
Esto hace que el dinero que tengamos que dedicar a la alimentación de nuestros cachorros dependerá también de la raza de la que estemos hablando.
Otro aspecto que hay que considerar es la función que tendrá nuestro perro, es decir, el esfuerzo o trabajo que realizará a lo largo de su vida. Hemos de tener en cuenta que no es lo mismo un perro que se encuentra dentro de una casa que otro que se va a dedicar al deporte o a cualquier otra actividad que le requiera un mayor consumo de calorías o incluso la aportación de complementos adicionales.
Adaptación del cachorro al nuevo alimento
Uno de los pasos más importantes que deberemos dar con nuestros cachorros a la hora de seleccionar su alimentación es la adaptación a los nuevos alimentos, ya que por el momento habrá estado mamando leche, lo que nos obliga a introducir los sólidos de forma paulatina.
Otro aspecto a considerar es el número de comidas que realizaremos durante el día. Esto también depende fundamentalmente de la edad, pero a partir del mes y medio se calcula que comerá unas cuatro veces cada día hasta llegar a la edad de tres meses. A partir de entonces reduciremos la ingesta a tres veces por día hasta que cumpla los seis meses. Una vez cumplidos, ya podremos pasar a darle dos comidas al día.
A partir de que cumpla un año, dependiendo del perro así como de su función, lo normal es alimentarlo una o dos veces diarias.
El tipo de comedero también es importante, ya que si tenemos una raza con orejas muy largas deberemos optar por un comedero profundo, mientras que si sus orejas son cortas o lo es su morro, adquiriremos un comedero más llano.
A la hora de alimentarlo también hay que prestar atención a la temperatura de la comida. Hemos de tener en cuenta que los perros suelen engullir gran parte de los alimentos, por lo que si le damos comida excesivamente caliente, corremos el riesgo de aparición de úlceras en su estómago, y si es demasiado fría, puede causarle vómitos, diarreas e incluso cólicos.
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