Muchos de nuestros lectores se habrán dado cuenta en alguna ocasión de que los perros tienen un considerable miedo a los fuegos artificiales. A continuación vamos explicar algunas de las razones más frecuentes por las que se produce este pánico en nuestros compañeros.
Las lesiones psicológicas en los perros
Una de las primeras y principales reacciones que se producen en nuestro perro cuando hay fuegos artificiales en el entorno son los ataques de pánico.
Dichos ataques se producen debido a una reacción de miedo debido a que tenemos que considerar que nuestros perros no tienen ni idea de lo que está sucediendo.
Todos sabemos perfectamente que se trata de juegos artificiales, y que en principio no existe un riesgo directo con ellos. No obstante, si nos ponemos en la situación de nuestro perro, ellos no saben de la existencia de este tipo de elementos para fiestas, por lo que únicamente escuchan fuertes estruendos que no saben de dónde provienen ni qué es lo que va a pasar.
Esto da lugar a que aumente el jadeo, los temblores, la frecuencia cardíaca e incluso llegue a producir náuseas y sacudidas.
Estos estados pueden llevar a situaciones mucho peores, especialmente si es frecuente que por nuestra zona se lancen fuegos artificiales.
Las lesiones físicas en los perros
Por otra parte, también hemos de tener en cuenta la posibilidad de que existan lesiones físicas en nuestros compañeros.
Aunque es poco frecuente, los fuegos artificiales son detonantes de algunas lesiones importantes tanto en animales como en personas. Los casos en los que un niño se lesiona, todos los conocemos, pero en aquellos en los que los perros se puede ver afectados, acaban pasando desapercibidos y quedando en el olvido.
Entre las lesiones físicas más habituales podemos destacar las quemaduras y las lesiones auditivas.
Las lesiones auditivas pueden darse especialmente si los fuegos artificiales están cerca, ya que pueden llegar a alcanzar la friolera de 190 dB mientras que los delicados oídos de los perros están pensados para resistir aproximadamente 85 dB.
Esto hace que determinadas células del oído acaben muriendo y sin posibilidad de regenerarse.
Por otra parte, también tenemos que prestar especial atención a las quemaduras que se pueden producir en este tipo de situaciones.
Por ello, los fuegos artificiales no son tan inocentes como parecen, por lo que deberemos considerar la seguridad de nuestra mascota en el caso de que nos encontremos en una zona donde se hace uso de ellos con frecuencia.
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