La leucemia en gatos es una enfermedad producida por el virus de la leucemia felina y que se transmite de un ejemplar a otro por distintas causas. A continuación vamos a conocer un poco mejor la leucemia felina para averiguar, por una parte cómo podemos prevenirla, y por otra el modo en que podemos ayudar a nuestro gato a través de un tratamiento adecuado.
Qué es la leucemia en gatos
Antes de proceder a explicar el desarrollo de la leucemia en gatos y los tipos de tratamiento con los que podremos hacer frente, lo principal es conocer un poco acerca de la enfermedad.
La leucemia felina se contagia a través de la transmisión de un retrovirus que se transmite de gato a gato. Pese a ser una enfermedad bastante preocupante existen posibilidades de sacar al animal adelante, pero en el caso de que los tratamientos y su propio sistema inmunológico no consigan vencer al virus, finalmente puede acabar falleciendo.
La leucemia en gatos se extiende a través de células cancerosas que se van desarrollando y proliferando en su sangre, de forma que cuanto antes detectemos la situación más posibilidades habrá para conseguir salvarle la vida.
Los síntomas de la leucemia en gatos
Cabe destacar que generalmente cualquier enfermedad puede presentar una variedad bastante amplia de síntomas, a la vez que no son siempre los mismos en todos los gatos. En el caso de la leucemia felina nos encontramos con esta dificultad, y es que muchas veces gran parte de estos síntomas se pueden confundir con otras enfermedades o incluso con un simple resfriado.
Por esa razón es importante que siempre estemos muy atentos y en el caso de que tengamos cualquier tipo de duda vale la pena acudir a nuestro veterinario de confianza, ya que es la mejor forma de detectar la enfermedad a tiempo y poder proceder a través de un tratamiento con el que consigamos recuperar la salud de nuestro gato.
En cuanto a los síntomas más evidentes y generalizados de esta enfermedad encontramos que en general suelen perder el apetito, a la vez que también con el paso del tiempo puede presentar enfermedades bucodentales, problemas en su pelaje, infecciones que aparecen en la piel, infecciones del tracto respiratorio que se hacen más evidentes gracias al exceso de mucosidad, infecciones en la zona de la vejiga, fiebre, pérdida de peso, problemas estomacales, cada vez veremos que se cuida y se limpia menos y aparecen otras enfermedades cómo diarrea, anemia, etcétera.
Volvemos a indicar que estos síntomas no tienen por qué significar la existencia de la enfermedad, pero si vemos dos o más de ellos es mejor proceder a analizar la salud de nuestro gato.
El modo en el que evoluciona la leucemia felina
Una vez que un gato es infectado pueden ocurrir tres cosas. Por una parte puede enfermar y fallecer en pocos meses, puede permanecer únicamente como portador y no desarrollar la enfermedad pero sí contagiar a otros gatos, y en tercer lugar puede incluso acabar siendo inmune a la enfermedad.
Sin embargo, en cualquier caso la leucemia en gatos presenta seis fases de desarrollo, finalizando con la aparición del linfoma.
La primera fase es cuando entra el virus, la segunda cuando pasa a la sangre tras infectar a los glóbulos blancos, en la tercera es cuando ataca el sistema linfático con lo que no sólo se evitan las defensas sino que también se realiza una propagación mucho más rápida por todo el cuerpo, en cuarto lugar el virus ya se ha apropiado del sistema inmunológico, en quinto lugar llega hasta la médula ósea y el sexto lugar ha ocupado por completo todo el cuerpo.
Cabe destacar que en el caso de que el animal consiga la inmunidad frente a la enfermedad no pasará de la cuarta fase.
Modo de contagio de la leucemia en gatos
Como comentábamos al principio del presente artículo, la leucemia en gatos se transmite por contagio de un animal que ya la padezca a otro sano.
Este contagio se produce normalmente a través de la saliva, la sangre, por contacto sexual o inclusive a través de objetos como pueden ser la caja de arena donde nuestro gato hace sus necesidades, por utilizar el mismo recipiente para el agua o comida, etcétera.
Sin embargo, las causas más habituales del contagio suelen ser por peleas que es donde se pueden contagiar a través de la sangre e incluso la saliva, o por realizar el acto sexual con un animal que ya esté infectado. El resto de posibilidades son de bajo riesgo, es decir, el hecho de compartir una manta, un cuenco para comer, el cajón de la arena, etc. generalmente no va a ser el factor determinante del contagio de la enfermedad. Sin embargo es importante prestar atención a esta posibilidad ya que cuantos más sistemas de prevención utilicemos menos posibilidades habrá de que nuestro gato enferme.
Cabe destacar que en el caso de que se produzca el acto sexual y uno de los dos gatos esté infectado y contagie al otro, la madre también contagiará la enfermedad a los cachorros. Sin embargo este contagio puede no darse durante la gestación pero si en el momento de la lactancia. En este sentido dependerá del virus que haya afectado a la madre.
Es importante tener en cuenta que la leucemia en gatos es una enfermedad seria y peligrosa que requiere tratamiento en todo caso si queremos contar con las mínimas posibilidades de salvar a nuestra mascota. Sin embargo, a su vez se trata de un virus específico para gatos, esto quiere decir que un gato infectado no puede contagiar a un perro y ni mucho menos a un humano.
Por otra parte también cabe destacar que las estadísticas demuestran que los gatos que corren un mayor riesgo son aquellos que viven en la calle en ciudades. Sin embargo, los gatos rurales cuentan con una menor incidencia en este sentido. La principal razón es que si un gato vive en la ciudad y padece la enfermedad, existen más posibilidades de que entre en contacto de diversas formas y contagie a una mayor cantidad de ejemplares, mientras que los gatos que viven en el campo no suelen extender focos debido a que suelen moverse en núcleos mucho más específicos.
Cómo prevenir la leucemia felina
Teniendo en cuenta las razones por las que se puede producir la transmisión de la leucemia felina, evidentemente tendremos que prevenir la enfermedad en este sentido. Es decir, en primer lugar la higiene es imprescindible, y en cualquier caso siempre hay que evitar en la medida de nuestras posibilidades el contacto de nuestra mascota con otro gato que pueda estar enfermo.
El hecho de que uno esté junto al otro no reviste peligro en principio, pero si se producen peleas o incluso relaciones sexuales entre ellos, las posibilidades de contagio son muy altas.
Por otra parte también existen vacunas para prevenir la enfermedad. Sin embargo no se puede garantizar una protección completa en este sentido, además de que también puede presentar algunos efectos secundarios.
Estos efectos secundarios pueden ser desde la aparición de un tumor en el lugar donde se lleva a cabo la vacunación hasta la aparición de sarcomas. Sin embargo es muy importante tener en cuenta que el porcentaje de casos de este tipo es tan escaso que estadísticamente es prácticamente imposible que ocurra a nuestra mascota. A su vez también se achaca que dichos casos se basaban en la vacuna antigua, la cual fue retirada del mercado.
Cómo tratar la leucemia en gatos
Si pese a que hemos cumplido con todos los sistemas de prevención nuestro gato se contagia de la leucemia felina, evidentemente vamos a tener que proceder a ponerlo en tratamiento a través de nuestro veterinario.
Existen distintos tratamientos que dependen mucho del continente en el que se lleven a cabo. En Europa por ejemplo, la leucemia en gatos se trata a través de interferón omega fabricado por Virbac y con el nombre comercial Virbagen omega.
Es importante tener en cuenta que para conseguir el mejor resultado es esencial poner en tratamiento al gato antes de que transcurran las primeras nueve semanas, ya que las posibilidades aumentan considerablemente con respecto a aquellos que ya han alcanzado fases cercanas a las terminales.
El resultado de este medicamento es bastante positivo, consiguiendo que aproximadamente un 60% de las mascotas consiga salvarse.
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